«Enmarcamos esta huelga dentro de la lucha contra la LOMCE»

Con el conflicto aún latente por parte del profesorado balear con el Govern a pesar de la suspensión temporal de la huelga indefinida, reproducimos la siguiente entrevista que realizamos a Iñaki Aicart, portavoz de la Assemblea de Docents, durante la huelga que tiñó de verde las Islas y que debe ser fuente de inspiración para la huelga estatal del sector de la Enseñanza contra la LOMCE para este 24 de octubre.

I. Nistal | Periódico CNT

Pregunta.- ¿Se trataba de una huelga política tal y como anunció el ministro Wert?

Respuesta.- Político puede significar todo aquello relativo a las formas de organización social. Pero cuando el ministro Wert dijo que nos encontrábamos ante una huelga política lo hacía con la intención de deslegitimarla. Las huelgas políticas son ilegales y, por tanto, él intentaba ponernos en el límite de esa ilegalidad.

Ahora bien, si miramos nuestras reivindicaciones vemos que los motivos de la huelga eran laborales y profesionales. No aceptamos expedientes políticos como los de los tres directores de Maó, en los que la inspección educativa no ha tenido nada que ver. Rechazamos el Decreto de Tratamiento Integral de Lenguas (TIL) por antipedagógico y porque ataca a la convivencia. Se ha impuesto sin consenso, sin recursos, sin formación y lo que es peor, sin que el alumnado esté capacitado para su implantación. Se ha hecho con prisas para restar espacio a la lengua catalana en el sistema educativo, el único espacio del sistema donde su uso es vehicular.

Pero a parte de estas dos reivindicaciones más conocidas pedimos sustituciones inmediatas de las bajas en lugar de a los 30 días; el retorno a las plantillas y ratios anteriores a los recortes; el retorno de programas de apoyo y de becas efectivas -ahora las becas de comedor y transporte se intentan pagar a curso pasado y con más requisitos-; pedimos que se pague a los interinos el verano en los términos de siempre, que nos paguen cuando estamos de baja, que nos descongelen los complementos salariales y que se pague aquello convenido en la concertada. También la retirada de proyectos de legislación contra la libertad de expresión y de cátedra como la ley de símbolos o el decreto de convivencia. Ante la falta de argumentos para respondernos, nos han de difamar con eso de la huelga política. Además, el señor Wert ha de tener en cuenta que nosotros enmarcamos esta huelga dentro de la lucha contra la LOMCE, la ley que le costará un suicidio político. Está huelga también es contra sus propuestas.

P.- ¿Te esperabas un seguimiento tan mayoritario en esta huelga? ¿A qué crees que se debe?

R.- La verdad es que la previsión no era tan alta. Estamos gratamente sorprendidos. Esa explosión de seguimiento hace tambalear la legitimidad de aquellas voces que en casos como este hacen un análisis excesivo. Nos demuestra que en situaciones como la nuestra hay un componente imprevisible e incontrolable que no se puede predecir. Lo que sí tenemos claro es que de cara a convencer a los compañeros y compañeras ha servido mucho que los que han estirado esto hemos sido trabajadores en activo en nuestros centros, sin sindicatos de por medio. Hemos trabajado duramente desde el mes de junio haciendo actos, asambleas o artículos en la prensa. La gente nos escuchaba porque sabía que nuestro único interés era como trabajadores.

Por otra parte, el Govern Balear nos ha ayudo con su mala gestión de la situación. Cuando el 6 de septiembre el Tribunal Superior de Jústicia de les Islas Baleares paraliza cautelarmente el calendario de implantación del TIL, el mismo día en tres horas, el Govern responde con un decreto-ley para legalizar aquello que el tribunal ha puesto en cuestión. No muestran ningún respeto hacia la separación de poderes y eso indigna a más gente y aumenta el seguimiento de la huelga. Y pasa lo mismos con declaraciones y artículos de cargos o diputados del PP. Cada vez que abren la boca indignan más al personal.

P.- ¿Cuál es el papel que están jugando los sindicatos «mayoritarios»?

R.- En un principio, los sindicatos no veían en absoluto la posibilidad de ir a la huelga indefinida. Hablo de finales de mayo y junio. Pero el trabajo realizado por la Assemblea de Docents y su comité de huelga durante el verano les enseñó que estábamos teniendo el apoyo de una buena parte del profesorado y que éste era creciente. Además, las bases les presionaban. CCOO anuncia a mediados de agosto que irían a la huelga indefinida si se hace desde la unidad sindical y el STEi, el mayoritario en el sector decide solucionar la toma de la decisión con una votación en la que la base se decanta mayoritariamente por la huelga indefinida. Desde aquel momento tuvimos una estrategia de unidad en la movilización.

En cuanto a la negociación, por una parte la Conselleria de Educación estuvo poniendo trabas burocráticas para el reconocimiento del comité de huelga de la asamblea de docentes. Hubo un momento en que solo reconocían el comité de los sindicatos. Creo que estos tienen muy claro que con la fuerza que tiene la asamblea, cerrar un acuerdo sin que sea aprobado por esta es un suicidio.

P.- ¿Qué aspectos positivos y negativos destacarías?

R.- Como aspectos positivos, hay que destacar el gran apoyo social que hemos tenido y el reconocimiento que la Assamblea de Docents está teniendo. Nos apoyaron las familias, los directores, los inspectores, los movimientos sociales, hasta gente vinculada al PP. Es increíble. En este sentido, los medios de comunicación nos tienen muy en cuenta, pues saben, como escribieron en el Diario de Mallorca, que fuimos “el pulmón, el cerebro y el corazón” de esta huelga.

Otro aspecto positivo fue la sensación de que ya hemos conseguido mucho. La unidad, el apoyo social y la capacidad de movilización dan a la gente una sensación de que ya hemos conseguido cosas. Hay muchos comentarios del tipo: “Por primera vez me siento orgulloso de ser docente”. Este verano pudimos leer en un periódico que los docentes eramos el palo sobre el que se sostienen las luchas sociales en las islas. Y aún no habíamos comenzado.

Lo más negativo es la falta de cultura obrera por parte de una gran masa de profesorado. Hay un sector que no está preparado para una huelga así, por motivos econòmicos -hipotecas, falta de ahorros…- o psicológicos -«no podemos conseguir nada»-. Si la gente se hubiese comprometido más, el Govern se habría sentado a negociar antes con nosotros.

P.- ¿Crees que puede haber efecto contagio en el resto del Estado con el ejemplo de esta huelga?

R.- Por una parte, creo que si ganaramos, la estrategia sindical o de movimientos mixtos como la Plataforma Estatal por la Educación Pública será cuestionada. Hay muchos docentes que están cansados de huelgas de un día que no consiguen ningún objetivo y vemos que para octubre, contra la LOMCE, se ha vuelto a convocar otra vez una jornada de huelga no sé con qué objetivo.

Pero todo el mundo ha de tener claro que una huelga como la nuestra no se convoca, se pone en marcha y vuela sola. Aquí hemos hecho un trabajo de hormiguita desde el mes de junio. Hay una serie de compañeros que hemos dormido poco este verano y nos hemos dedicado a esto, diseñando la estrategia y presentándola a las asambleas, elaborando documentos como el FAQ de la huelga indefinida o el manual de asambleas, organizando recogidas de firmas… En definitiva, el compromiso y el trabajo serio y constante del grupo de coordinación ha sido nuestro mejor aval.

P.- ¿Cómo ha reaccionado la sociedad balear ante la huelga? ¿Crees que se pudo ver muy influenciada por lo que saliera de los medios de comunicación o de los políticos?

R.- Está claro que los medios de comunicación nos dieron mucha cancha. Nadie se traga al presidente Bauzá. He de reconocer que esto nos ha servido para hacernos un hueco dentro de la sociedad. Pero la Assemblea de Docents en Mallorca, la Coordinadora de Professorat Preocupat en Eivissa o Docents Associats de Formentera son movimientos asamblearios con implantación en los centros y ha servido para llevar el mensaje de la huelga a todos los rincones de las islas. Como he dicho antes, el inicio de la huelga fue una tormenta de apoyos de todo tipo. La Unió de Payesos nos dio una tonelada de melones. Hay un horno que regalaba el pan a los huelguistas… Mil cosas parecidas.

Por su parte, los políticos no se inmiscuyeron con el movimiento, lo han visto desde la distancia y ha sido cuando la huelga ha estado en marcha cuando mostraron su apoyo. Pero lo fuerte es que recibimos apoyo hasta de cargos electos del PP en los pueblos. Cristofol Soler, ex-presidente del Govern por el PP nos comunicó que había puesto 200 euros a la caja de resistencia. Es inaudito el consenso social que se ha desatado contra las políticas educativas del Govern.

P.- Veo que no hablas de Menorca

R.- En Menorca el movimiento ha sido diferente. Allí, como en las otras islas, hubo mucho seguimiento los tres primeros días, la huelga aguantó hasta el quinto día. Pero el lunes siguiente el seguimiento era prácticamente nulo. Creo que en todo esto han influido dos cosas: la falta de un movimiento asambleario en sintonía al de las otras islas y previo a la huelga y la falta de implicación por parte de los docentes en la preparación de misma. Aparte, los sindicatos tampoco quisieron desarrollar el movimiento en la isla. De hecho en la asamblea de votación del STEi en Menorca, la huelga indefinida no fue la opción elegida.

P.- Y en cuanto a la solidaridad mostrada. ¿De qué formas se ha manifestado?

R.- Como os he dicho en las islas el apoyo social es total. Además se manifestó públicamente gente o instituciones que aquí tienen renombre. Departamentos de la Universidad, artistas como Miquel Barceló o Maria del Mar Bonet -que donaron obras a la caja de resistencia-, una lista interminable. Fundamental ha sido el apoyo de las APIMA.

En Catalunya i el País Valencià, se valora mucho nuestro compromiso con la lengua y la cultura propias y allí no pararon de hacer concentraciones, pancartas o colectas para la caja de resistencia des de el primer día. En la segunda semana se superó este ámbito y la solidaridad llegaba de otros territorios bajo el yugo del Estado español y de más allá de las fronteras.

Por otra parte, la puesta en marcha de la caja de resistencia fue un éxito. En el sexto día ya teníamos 150.000 euros. Resulta curioso como en el siglo XXI nos servimos de estas dos herramientas: huelga indefinida y caja de resistencia.

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