Irme de casa alzando la bandera

EL CUARTO OSCURO | Fotografía de CNT Valladolid | Extraído del cnt nº 429 |

El tema propuesto es «Por la Emancipación». Y eso me ha recordado al Himno de la CNT. Cuando uno busca «a las barricadas» en Google, añadiendo «canción», te sale la letra de un tema de Los Muertos de Cristo. Ahí va. Pero a lo que voy: cuando era pequeñito y escuché emocionado esa marcha militar en una casete del sindicato, al llegar al verso que dice: «¡que llevará al pueblo a la emancipación!», me costó trabajillo entender qué cuernos decía. Tuve que poner la cinta sesenta veces lo menos, para asegurarme de que decía algo de emancipación, que era una palabra que no sabía que estaba en el diccionario. Para mayor abundamiento, la versión original (del 36) hablaba de «que del triunfo sin cesar nos lleva en pos». Pos bueno, ¿quién comprendía eso? Por eso al entonar esa parte suena una cacofonía más grande de lo que le pertenece. Mucho peor en manifestación porque —cualidades colectivas para el canto nulas— nadie se sabe bien la letra. Y eso me recuerda que siendo chiquitito, cuando nos hacían berrear el cara al sol, en lugar de gritar «impasible el ademán», chillábamos como si tal cosa «imposible el alemán» y nos quedábamos tan panchos. Pero vamos, que en 1970 nos ordenaban que cantáramos el God Bless America, y nos parecía más de lo mismo.

Con el sindicato podríamos hacer lo imposible, claro que sí. Con él la emancipación será sencilla, ya que en realidad —lo demostró el COVID— quienes dependen de nosotros, son quienes nos llevan al desastre. 

En fin, que cuando me enteré de lo de la emancipación, tras buscarla en el diccionario, me pregunté… ¿Emanciparnos de qué? Claro, yo era un ignorante y me imaginé que era algo así como largarme de casa de mis padres… Por supuesto que ni de coña, ni que fuera tonto, pasé del tema y seguí con mis cosas.  

O sea, que lo de emanciparnos se refiere a quitarnos de encima todo tipo de subordinación y dependencia. Y para ello hemos elegido como medio el sindicato, que nos permitirá —en la medida que seamos cada vez más grandes, más abiertos y más útiles—, paralizar al Estado. Con nuestras federaciones de industria, con nuestras secciones y sindicatos podemos interrumpir suministros a militares y antidisturbios, saquear las cuentas de los ricos, tomar transportes, comunicaciones, energías… Podemos organizar la producción, la distribución, el consumo. Con el sindicato podríamos hacer lo imposible, claro que sí. Con él la emancipación será sencilla, ya que en realidad —lo demostró el COVID— quienes dependen de nosotros, son quienes nos llevan al desastre.  Y con las crisis de todo tipo que vienen, Por la Emancipación, hay que espabilar.

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