Una nueva manifestación en Xixón ha conseguido hacer más profunda la trinchera de solidaridad que parapeta a Las 6 de La Suiza desde que comenzó su calvario en 2017.
En torno a 8.000 personas llegadas desde diversas partes del Estado gracias a los autobuses fletados por CNT han acompañado a las condenadas por defender los derechos sindicales y laborales de la clase trabajadora. El ingreso en prisión puede llegar en cualquier momento.
La calle sigue preparada para responder a la altura de las circunstancias. Si se consuma, esta será una condena al sindicalismo.
Diversas organizaciones sindicales, también las mayoritarias, han impulsado esta manifestación que ha recorrido desde medio día el centro de Xixón. Durante su transcurso, cánticos como “la solidaridad, el arma del obrero” o “si entran en prisión, arde Xixón” han sido la banda sonora a otra jornada de lucha en repulsa de un complot policial, judicial y también mediático que puede llegar a terminar con seis sindicalistas entre rejas.
La jornada ha comenzado con el anuncio por parte del Gobierno asturiano, del PSOE, de que apoyará la petición de indulto al Ejecutivo central ya realizada por 22 organizaciones sindicales. Yolanda Díaz ha afirmado que Sumar secundará la medida. “La Justicia ha negado la suspensión de las penas, aunque las sindicalistas cumplen con todos los requisitos para ello”, ha defendido la secretaria general de CNT, Erika Conrado. A día de hoy, las seis condenadas enfrentan tres años y medio de cárcel por un delito de coacciones graves y de obstrucción a la justicia. Su delito: hacer sindicalismo.La pastelería La Suiza protagoniza este conflicto desde 2017. El dueño adeudaba pagos a una de sus trabajadoras. El sindicato se movilizó como siempre lo ha hecho. Concentraciones a la puerta del negocio alertaban a la ciudadanía de lo que ocurría detrás del aroma a bollo recién horneado. El empresario devolvió los embates con otra denuncia hacia el sindicato. Se intentó mediar. Desde entonces, la Justicia no ha dejado de hacer visible de qué lado está. Las primeras acciones son consideradas ahora como coacciones graves. El intento de negociación posterior supone una obstrucción a la justicia, según el magistrado que ha dictado la sentencia ya ratificada por el Tribunal Supremo.
Frente a ello, una ola de solidaridad inunda las calles desde hace años. La convocatoria de hoy ha sido otra demostración de la fuerza imparable que supone la unión de la clase trabajadora. “Hemos recibido apoyo de decenas de organizaciones de todo el Estado, incluso otros sindicatos a nivel internacional han mostrado su repulsa ante esta condena”, ha reiterado Conrado, quien ha resaltado que el dueño de La Suiza no ha sufrido ningún tipo de perjuicio económico por las acciones realizadas por CNT.
Alrededor de bengalas y tambores, así como gritos de “no estáis solas”, una de las condenadas ha agradecido todo el apoyo mostrado. De todas formas, aunque el abrazo solidario es fuerte, la situación a nivel personal está sumida en la incertidumbre. “Nosotras llevamos ya ocho años de condena desde que comenzó el proceso. Nos hace imposible planificar nuestra vida a largo plazo”, ha señalado.
El tío de esta condenada, Jesús Pérez, quien supera los 70 años, lleva décadas participando en la lucha social. Se ha mostrado algo inquieto ante el futuro incierto de su sobrina. “Estamos aquí porque esto es una lucha por la vida, por la vida de la clase trabajadora, de la gente humilde, y contra el poder opresor de los ricos que siempre se revuelven contra los pobres cuando demandamos nuestros derechos”, ha explicado.
Pérez, que ha llegado a Xixón desde Santander, también ha recalcado que el caso de Las 6 de La Suiza es “una lucha de poderes entre el sindicalismo y la patronal”. Uno metros más allá estaba Alberto Fidalgo, quien integra Somos Carreño, un partido municipalista asturiano que apoya las demandas de CNT: “Estamos aquí para defender nuestros derechos como trabajadores. Si se consuma la pena, sentará un precedente muy peligroso para la lucha sindical”.
A su entender, la presión en la calle es “esencial” para que la lucha judicial surta efecto. “Tenemos que conseguir que se muevan y este es el camino, la unión sindical que este caso ha conseguido”. Él ha decidido acudir a esta manifestación acompañado de sus dos hijos pequeños. Educar también es hacer ver cómo los golpes del sistema se combaten con solidaridad. “Tienen que entender que la forma de luchar nunca es individual, así no vamos a conseguir nada. Las victorias siempre vienen de lo colectivo”, ha agregado.
La movilización ha terminado frente a los juzgados de Xixón. En torno a las 14.00 horas, los cánticos han redoblado su fuerza: “6 de La Suiza, libertad”, “qué viva la lucha de la clase obrera” y “si entran en prisión, arde Xixón”, han sido las proclamas que han antecedido a la lectura de un comunicado.
El texto, compartido ante miles de asistentes a la marcha que intentaban refugiarse del sol como podían, ha incidido en que la unión sindical es obligada ante esta realidad de opresión judicial. “Nos obliga a ello una alianza retrógrada de poderes policiales, judiciales, empresariales y mediáticos que quiere laminar derechos elementales de la clase trabajadora”, han comenzado su diatriba.La reivindicación ha explicitado una denuncia constante desde el inicio del conflicto: “La coincidencia de un empresario explotador y un juzgado cómplice consiguieron convertir un problema laboral y la práctica del sindicalismo en delitos fabricados en despachos para reprimir nuestros derechos y sembrar el miedo”, han espetado mientras decenas de banderas rojinegras teñían de color esperanza el cielo.
“La alianza oligárquica que tejen judicatura, empresariado y otros poderes quieren que la demanda de negociación sindical pueda ser delito de obstrucción a la justicia. Y que la convocatoria de concentraciones pueda ser delito de coacciones”, han repetido. Además, han aclarado que “no quedaremos inactivos ante una casta poderosa que, con decisiones ilegítimas, busca acabar con derechos conseguidos tras siglos de lucha y con grandes dosis de esfuerzo, dolor y vida”.
Esa es la vida por la que decía Pérez que aquí se luchaba. Una vida de emancipación y autogestión, de acción directa contra el capital y sus más cronificados males que acechan el día a día de la clase trabajadora. “Casi ocho años llevan Las 6 de La Suiza viviendo, si se puede llamar vida a esto, bajo la espada castigadora de una supuesta justicia”, ha aclarado el manifiesto.
Los convocantes han apostado por el indulto como la última medida que puede salvar a las seis sindicalistas de dar con sus huesos en la cárcel. La medida de gracia depende mayoritariamente del PSOE, al que desde CNT exigimos que se muestra a favor de la no entrada en prisión de seis personas buenas cuyo delito fue, es y será defender a la clase trabajadora. Mientras tanto, la respuesta en la calle no cejará en su empeño de hacer vibrar las conciencias, las voces e incluso las miradas de una ciudadanía que no puede quedar impasible ante este ataque al sindicalismo. En todas las ciudades, todos los días, desde la Confederación gritamos al unísono “¡Compañeres, nun tais soles!”.
El día que todo esto pase, el día que la Justicia sea justa para la clase obrera y Las 6 de La Suiza hayan recobrado la normalidad en sus vidas, no nos cabe duda de que sus nombres quedarán marcados en la historia de la emancipación obrera. Somos una, somos todas. Frente a su represión, nuestra solidaridad.