«La noche en blanco» se tiñe de rojinegro en la Biblioteca Nacional

El pasado sábado, 40 militantes de la F.L. de Madrid irrumpieron en un acto público de la Biblioteca Nacional para reivindicar la readmisión de la compañera Marta, del SOV de Madrid. El acto se enmarcaba en el programa de “la noche en blanco”, un evento anual en el que se abren los museos y se celebran espectáculos gratuitos por las calles de Madrid en horario nocturno.

En “La noche en blanco” convergen dos concepciones capitalistas de la cultura: la cultura concebida como una mercancía apta para el consumo de masas y la cultura concebida como una mercancía preciosa, sólo accesible para unos cuantos iniciados y privilegiados. La Biblioteca Nacional es un bastión de esta cultura elitista, aristocrática. Su organigrama, que constituye casi un sistema de castas, es un reflejo del clasismo sobre la que está fundada esta institución. Los parias son los trabajadores y trabajadoras a los que se les retira incluso el saludo por no ser funcionarios de carrera. El símbolo de esta pirámide de burócratas engreídos es la escalinata monumental de la fachada de la Biblioteca, presidida por las estatuas sedentes de Alfonso X y San Isidoro de Sevilla, un rey y un cura.

La escalinata se acondicionó el sábado para hacer de escenario y púlpito de “la noche en blanco”. Actuaron primero sobre ella los actores y bailarinas del Conservatorio Superior de Danza “María de Ávila” y la Real Escuela Superior de Arte Dramático. Después de esta actuación, estaba previsto que miembros del “Real Patronato de la Biblioteca Nacional” subieran a recitar poemas de Miguel Hernández. Para esta gente, emocionarse con poemas de Miguel Hernández no es incompatible con el tráfico de 400 trabajadores y trabajadoras, una práctica de inspiración esclavista que los legisladores han suavizado con el eufemismo cesión ilegal.

La CNT hizo su aparición a las diez menos cuarto, justo en el momento en el que el patronato desfilaba solemnemente hacia la escena. Una docena de compañeros rompieron el cerco de vallas y alcanzaron la escalinata. Desplegaron una pancarta y banderolas de la CNT y arrancaron con la consigna: “Biblioteca Nacional, represión sindical”. Simultáneamente, una treintena de compañeros y compañeras disfrazadas de espectadoras, comenzaron a jalear y lanzar panfletos al aire. En minoría, laseguridad de la Biblioteca se limito a señalar la salida al público que se retiraba del recinto. Un sector del público comprendió y aplaudió la acción. También hubo quien se pensó que el escándalo era un montaje más de “la noche en blanco”, una performance. Por parte de estos últimos, la opinión generalizada fue que el número de los sindicalistas estuvo mucho más ameno que el número de los bailarines.

Un par de compañeros de la F.L. de Madrid y la subdirectora de la Biblioteca improvisaron una negociación en el patio. La Biblioteca Nacional aceptó prestar la regia escalinata, los cañones de luz y el sonido para que un portavoz de la CNT leyera el panfleto reivindicativo a los asistentes. La subdirectora se comprometió también a reunirse en el curso de la semana entrante con una delegación de la CNT. A cambio, la CNT desalojó pacíficamente el recinto.

Continuaremos informando sobre el curso del conflicto.

Salud a los que luchan y las que luchan.

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