Manifestación en Madrid contra los recortes y la reforma laboral.

Sábado 3 de julio. 12h. Atocha – Sol.

Ni
recortes, ni reforma: reparto del trabajo y la riqueza.

Cuando
la economía progresaba año tras año, los trabajadores éramos sometidos al
chantaje de las deslocalizaciones para aceptar empleos en ETT’s, recortes o
congelaciones salariales, movilidad no voluntaria, pésimas condiciones de
salud, higiene y prevención en el medio laboral, y otras muchas otras formas de
violencia cotidiana mediante las cuales la burguesía iba aumentando sus
beneficios a nuestra costa.

Ahora
que el capital ha entrado en una de sus crisis cíclicas, el terrorismo de la
patronal, la banca y el Gobierno, se recrudece. Más de 4.500.000 de obreros en
el paro o trabajando en la economía sumergida, una situación de déficit público
(en la que ha tenido mucho que ver un sistema fiscal donde más pagamos los que
menos ganamos), y una fuerte presión mediática y financiera por parte del FMI y
la CEOE son el
telón de fondo de las nuevas medidas neoliberales que el Gobierno está
adoptando para cargar la crisis sobre la espalda de la clase obrera. La primera
gran medida que supone un recorte brutal ya la hemos visto con la bajada de
sueldo de los empleados públicos, entre otros muchos recortes.

Después de la firmada en 2006 ya ha sido aprobada por el gobierno
una nueva reforma laboral que vuelve
a robarnos derechos adquiridos a base de lucha y conciencia de clase. De modo
muy resumido esto es lo más significativo que nos van a quitar a los/as
trabajadores/as:

Facilitan el despido colectivo:
amplían la definición de las causas objetivas en los despidos colectivos:
causas económicas, técnicas, organizativas y productivas. Podrán justificar más
fácilmente el despido colectivo. Además reducen el periodo de preaviso de 30 a
15 días en los despidos objetivos. Con esta medida se perjudica al trabajador económicamente
con 15 días menos de salario.

El despido no será nulo por defecto
de forma en causas objetivas, es decir, cuando no se comunique por escrito, no
se ponga a disposición del trabajador la indemnización cuando se comunique el
despido,…  aunque si no se cumple con
estos requisitos directamente el despido será improcedente, la empresa no puede
volver a realizarlo correctamente, salvo en el caso del preaviso que con
pagarlo cumplirían con dicho trámite. Se reduce a la mitad el plazo de
preaviso, el defecto de preaviso no implica nulidad ni improcedencia, sino
simplemente corregir el finiquito. Por tanto las readmisiones cuando la empresa
no cumplía la legalidad se anulan..

Más poderes a los burócratas de CCOO y UGT:
flexibilizan la posibilidad de que los representantes de los trabajadores
negocien una cláusula de descuelgue para dejar de aplicar el salario de
convenio temporalmente si la empresa tiene problemas económicos. Si no hubiera
representación lo harían los sindicatos más representativos del sector.
Anteriormente era más difícil que una empresa pudiera descolgarse de las tablas
salariales de los C.C. sectoriales, ya que era necesario el reconocimiento de
dicha cláusula en el C.C. y que lo permitieran los representantes de los
trabajadores, algo bastante complicado. Con esta modificación se posibilita que
directamente lo puedan negociar entre empresa y representantes. A su vez,
facultan para que sean los sindicatos más representativos los que negocien ante
la ausencia de representantes legales en la empresa. Esto implica que negocien
terceros no involucrados directamente en el conflicto. Se fomenta aún mas el
descuelgue de los convenios pudiéndose anular con mayor facilidad. Se dota de
más peso a CCOO y UGT para que acuerden lo que quieran con la empresa respecto
a las nuevas condiciones laborales tras el descuelgue, con independencia de lo
que puedan pensar los trabajadores afectados.

            Se facilita tanto la reducción o la suspensión temporal del tiempo de
trabajo
por parte de las empresas si existen causas objetivas (perdidas
económicas por ejemplo), ya que no es necesario un número mínimo de
trabajadores para realizarlo. Se reduce a la mitad el periodo de consultas por
lo que el trámite será más rápido y solamente se le exigirá a las empresas la
documentación estrictamente necesaria. Esto favorece mucho a las empresas, ya
que podrán tramitar EREs temporales de una forma mucho más sencilla.

    
Abaratamiento del despido a los empresarios: desde ahora en los despidos objetivos, tanto individuales como colectivos, de contratos de duración mayor a un año, el FOGASA pagará parte de la indemnización de la empresa, a razón de 8 días por año, el resto a cargo de la empresa. Los empresarios ya no tendrán que pagar la totalidad de la indemnización, de la cantidad que corresponda podrán ahorrarse 8 días por año, cantidad que la pagamos entre todos los trabajadores ya que saldrá del dinero público. Esta medida esta por completar, se concretará en septiembre.

CNT-AIT siempre se ha opuesto a las reformas laborales, a la vista
de que vienen suponiendo el empeoramiento en las condiciones de trabajo, la
flexibilización de los tipos de contrato y mayores beneficios para los
empresarios. Se nos
habla de que la reforma laboral es para facilitar el empleo y se ponen en bandeja
los despidos y las regulaciones, es decir, justo la destrucción de puestos de
trabajo.  Para eliminar el paro y evitar
que éste sea una amenaza constante contra la clase obrera, se hace imprescindible el reparto equitativo del
empleo entre todos los trabajadores
. Una medida necesaria es la
implantación de la reducción de la
jornada laboral.
CNT-AIT reivindica también la total eliminación del
trabajo en precario y las horas extras (¿como puede haber gente haciendo horas
extras con 4 millones de parados?). Asimismo, para asegurar el mantenimiento
real de los puestos de trabajo, lucha para que a todo despido improcedente
corresponda, automáticamente, la readmisión del trabajador.

         

            Por si el tijeretazo y la reforma
laboral no fueran suficiente, también se quiere acometer una reforma gradual
del sistema de pensiones que incluiría, entre otras medidas, el aumento del
período mínimo de cotización, la reforma de las pensiones de viudedad y el coto
a las prejubilaciones, sin descartar el retraso de la edad de jubilación a los
67 años. CNT-AIT, en cambio, reivindica el descenso de la edad de jubilación
con el 100% del salario.

Es
inadmisible que sea el mundo del trabajo el que costee la reestructuración del
capital. Además de injustificable. Nunca en la historia económica reciente de
España, la parte proporcional de la renta nacional destinada a salarios y
servicios sociales había sido tan baja como en los últimos años. Curiosa forma
de entender el socialismo, la del PSOE. Los mismos políticos que jamás han movido
un dedo en favor de la distribución de la riqueza son los mismos a quienes no
les tembló el pulso a la hora de salvar a los especuladores mediante la inyección
de activos sanos provenientes de los contribuyentes. Los mismos que ahora se
apresuran en repartir lo que los agentes económicos interpretan como pérdidas,
cuando en muchos casos no son sino disminución de los beneficios previstos.

Los
ricos tienen muy claro que gozan con el favor del Gobierno y hace tiempo que
comenzaron su revolución en contra de los derechos laborales y sociales
acumulados a lo largo de la historia del movimiento obrero.

CNT-AIT
no va a consentir ni una sola vuelta de tuerca más. Contra el paro, el
tijeretazo, la reforma laboral y de las pensiones, es necesaria la huelga general
indefinida hasta echarlas para atrás. Para la consecución de mejoras en
nuestras condiciones de trabajo y de vida, y la superación de un sistema
económico fundamentado en la explotación, hace falta una movilización
consciente y continua de la clase obrera sin subvenciones, comités de empresa
ni liberados sindicales. A esta forma de luchar, nosotros la llamamos
anarcosindicalismo. Ante los nuevos ataques de la patronal, la banca y el
Gobierno, la  Confederación Nacional del
Trabajo (Adherida a la Asociación Internacional de los Trabajadores) se echa de
nuevo a la calle y anima a toda la clase obrera a secundar esta manifestación
y, de forma más general, a organizarse y luchar.

¡Ni un paso atrás!


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