Crónica: La CNT tomó las calles el 1 de mayo

Este 1º de mayo, Día Internacional de la Clase Trabajadora, la CNT ha protagonizado movilizaciones en decenas de ciudades del Estado español con un mensaje contundente: frente a la precariedad, la represión y el descrédito del sindicalismo institucional, la respuesta pasa por la organización directa desde abajo.

Este año el lema confederal era «Que trabajen ellos. Por un empleo que no nos robe la vida«, y con ese espíritu reivindicativo, miles de personas han salido a la calle en toda la geografía convocadas por la CNT para reivindicar un modelo sindical alternativo, sin subvenciones, sin liberados, sin jerarquías. Las manifestaciones, que se han desarrollado en un ambiente combativo y festivo a partes iguales, han puesto en primer plano la urgencia de defender los derechos laborales desde la base, sin intermediarios ni pactos con el poder.

En ciudades como Madrid, Barcelona, Granada o Bilbao, la afluencia ha sido notable, con columnas compactas y un ambiente claramente reivindicativo. Estos actos han evidenciado no solo la capacidad de movilización del sindicato, sino también su crecimiento sostenido en afiliación y presencia territorial. Lejos de ser un actor marginal, la CNT está demostrando ser una referencia viva y en expansión para sectores cada vez más amplios de la clase trabajadora.

Durante las concentraciones y actos posteriores, los sindicatos han denunciado el auge de la precariedad laboral, la cronificación de la pobreza, la criminalización de la protesta y el abandono de las instituciones a las clases populares. También se ha rendido homenaje a la memoria obrera, con referencias a los orígenes del 1º de mayo y a las luchas históricas del movimiento anarcosindicalista.

Además de las marchas, en muchos territorios la jornada ha incluido actividades culturales, proyecciones, comidas populares y encuentros entre militantes, en una clara apuesta por el fortalecimiento del tejido comunitario y la construcción de una alternativa real desde el apoyo mutuo y la solidaridad.

Lejos de los grandes titulares, la CNT ha vuelto a recordar que el 1º de mayo no es una fiesta, sino una jornada de lucha. Y lo ha hecho con la coherencia de quien sigue apostando, más de un siglo después, por transformar la sociedad desde la acción directa y la autogestión.

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