El 10 de Julio de 2025 Las 6 de la Suiza han entrado en prisión. Seis sindicalistas por hacer sindicalismo. Entran presas por defender los derechos laborales. Por practicar la solidaridad entre trabajadores y trabajadoras: es decir, se está condenando la actividad sindical en su aspecto más esencial: la puesta en práctica de la defensa de nuestros intereses como clase trabajadora.
Este tremendo atentado a la libertad sindical no es un caso aislado. Forma parte de una deriva represiva contra el sindicalismo que incomoda, el que no se pliega y planta cara, como ha ocurrido recientemente con los 23 detenidos en la Huelga del metal de Cádiz.
Hemos visto en el Caso La Suiza como el capital despliega su poder en toda su extensión: abuso y pisoteo de derechos a una trabajadora, hostigamiento policial y persecución judicial. Ya no nos engaña la treta de la “separación de poderes”. Aquí, la clase dominante concentra el poder en todas sus esferas. No olvidemos que el juez Lino Rubio Mayo compra palabra por palabra la versión empresarial, y desoye la dimensión laboral, social y de género que motivó el conflicto. Igual que ignora que la pastelería se encontraba puesta a la venta antes de estallar el conflicto. Estos, hace un siglo, nos habrían aplicado la Ley de Fugas y tirado a una cuneta.
Que no nos hablen de justicia. El encarcelamiento de Las 6 de la Suiza es un castigo ejemplarizante para sembrar miedo entre quienes luchan. Intentan reducir la acción sindical a mera queja. Pero no lo van a conseguir. Hoy las 6 de La Suiza entran en prisión, pero no están solas: cuentan con el respaldo de miles de trabajadores y trabajadoras que han salido a las calles, que han alzado la voz, que entienden que este caso es de todas. Pero sobre todo, que entienden que hacer sindicalismo es dignidad, que practicar la solidaridad entre trabajadores y trabajadoras es la única justicia que podemos esperar en un sistema que encarcela sindicalistas, introduce infiltrados en movimientos sociales y detiene huelguistas por decenas.
CNT ha estado, está y estará con cada compañera perseguida por luchar. Desde el primer día, el sindicato ha sostenido su defensa jurídica, dado respaldo político, emocional y económico, porque no hay cárcel ni sentencia que nos hagan abandonar a nuestras compañeras. Seguiremos peleando por la libertad de las 6 de La Suiza, que es pelear por la libertad sindical. Y lo haremos hasta el final, en los tribunales, en las calles, y en la conciencia de este país. Y sobre todo, seguiremos plantando batalla en cada centro de trabajo.
Porque somos más de seis. Somos miles. Somos todas.
¡LIBERTAD INMEDIATA PARA LAS 6 DE LA SUIZA!