La belleza de un jueves de lucha en las calles

Vitoria | Extraído del cnt nº 423

Una breve instantánea del treinta de enero en palabras extraídas del relato de militantes cenetistas quedaría dibujada como sigue.

Los polígonos industriales guipuzcoanos estaban abiertos pero sus aparcamientos estaban casi vacíos. Los cuerpos de seguridad autonómicos estaban a las seis de la mañana estratégicamente colocados sin iluminación en sus vehículos: dispuestos a actuar ante cualquier piquete. Si la patronal tiene mucho miedo es que los trabajadores y las trabajadoras saben y pueden organizarse bien.

Desde Barakaldo se admite poco ambiente de huelga en las calles pero máxima participación de la militancia anarquista. En Bilbao resultó mejor de lo esperado: hubo mucha participación tanto en el paro como en las manifestaciones. En el sector de la educación pública tanto la ciudad como la provincia se sumó por completo. Otros sectores públicos de actividad arrojan datos sesgados por la designación de los servicios mínimos que restan la voluntad real de participación y el apoyo solidario y reivindicativo. En las manifestaciones que tuvieron lugar en Bilbao CNT tenía presencia importante: un bloque bien nutrido conformado por unas quinientas personas. «Allí estábamos, nos conocíamos de las fábricas» comentaba el compañero Luis, jubilado y militante de CNT Bilbao.

En Gasteiz se valora muy positivamente el desarrollo de la jornada: más de veinticinco mil personas en las manifestaciones aunque el pequeño comercio estaba abierto así como los polígonos industriales. A consecuencia de la actividad de los piquetes resultan algunas personas identificadas. Algunos altercados frente a un salón de juegos y apuestas, y frente a un conocido «monstruo comercial» merecen las únicas imágenes que salieron en la televisión estatal con mención ninguneante de las movilizaciones. Las jornadas previas de preparación por colocación de propaganda, han ocasionado varias sanciones administrativas. Dirigiendo la mirada hacia la militancia los resultados son muy positivos tanto por la participación en jornadas previas de preparación como por el despliegue de cartelería y pancartas en todos los barrios de la ciudad. El bloque convocado por CNT Vitoria sumaba más de trescientos militantes y simpatizantes de la CNT.
En Durango tanto polígonos industriales como comercios estaban cerrados. Estos últimos lucen desde hace un tiempo carteles en sus escaparates que piden pensiones dignas.

Cartel convocando a la huelga general de Euskalerria del 30E, realizado por Lolomotion.

En Iruña madrugaron mucho: CNT junto a CGT iniciaba los piquetes en las rotondas cercanas a polígonos, parando el tráfico y a los autobuses que se dirigían a ellos. Fueron a la estación de trenes para informar acerca de la huelga y a otros barrios, interrumpiendo el tránsito de los autobuses interurbanos. Repuestas las fuerzas con un buen desayuno en el local sindical deciden sumarse al piquete, compuesto por diferentes colectivos y actuar en el centro de la ciudad cerca de los bancos, y demás edificios administrativos, así como en el casco viejo. En algunos puntos de la ciudad se producen momentos de tensión. Relatan desde allí que las banderas negras y rojinegras abundaban en las manifestaciones.

Más allá, se sumaron solidariamente a las movilizaciones con concentraciones y manifestaciones: Oviedo, Gijón, Aranda de Duero, Barcelona, Burgos, Girona, Lleida, Madrid, Málaga, Miranda de Ebro, Sabadell, Sevilla, Tarrasa, Valencia, Zaragoza, etc. Hubo concentraciones de apoyo considerables. Las redes virtuales dan buena cuenta de todo ello.
No se descartan futuras movilizaciones. Pero quizás debamos mirar hacia atrás para comprender mejor la importancia de esta jornada y trascender los datos más objetivos. Aproximarnos al origen de este movimiento y esta lucha que han reunido en las plazas y en las calles a muchas mujeres y muchos hombres de varias generaciones aporta detalles fundamentales para diluir los conflictos que hayan podido desgastar algunas fuerzas y para valorar en su justa medida el potencial de esta iniciativa.

Hace dos años empezaban a reunirse entre uno y dos centenares de personas jubiladas o pensionistas en plazas y frente a ayuntamientos cada lunes. Ante peregrinas subidas parciales de prestaciones empezaron a organizarse. En marzo de 2018 en torno a unas treinta mil personas se movilizaban (en noviembre de ese mismo año las cifras superaban las cien mil personas) con encuentros y manifestaciones tanto en ciudades como en pueblos vascos los lunes y los miércoles. El componente genérico marcaba desde los inicios las discusiones y los debates: las desigualdades han generado una importante brecha de género no solo en las prestaciones asistenciales sino en la propia remuneración del trabajo, cuando no, en la falta de remuneración de los trabajos. Dos objetivos concretos, recogidos en la Carta Social Europea, cuyo cumplimiento y desarrollo posponen y eluden impunemente tanto el gobierno central como los gobiernos autonómicos, protagonizan los discursos: garantizar a todas las personas 1.080€ de pensión y 1.200€ de salario mínimo. Como movimiento germinal de lucha, los diferentes grupos de personas pensionistas y jubiladas se van aproximando a otros colectivos. Se reúnen lunes y miércoles quienes pueden hacerlo por estar ya liberados de los horarios laborales; pero debaten reivindicaciones que trascienden las generaciones, los grupos de edad, las procedencias y los sexos. Las personas jubiladas y pensionistas reclaman mejoras para sus propias percepciones. Por extensión, sus reivindicaciones afectan y afectarán a todas las generaciones, que a consecuencia de las últimas reformas laborales y en materia de pensiones han visto mermados sus derechos fundamentales. Conscientes de que su poder efectivo de convocatoria es limitado a la hora de llamar a paros o huelgas deciden en junio de 2019 reunirse con las fuerzas sindicales.


Por los medios de comunicación sabíamos que desde Bilbao partía en noviembre un grupo de personas jubiladas o pensionistas caminando rumbo a Madrid. La importancia de este evento reivindicativo ha sido minimizada por la coyuntura de cambio gubernamental. Y oíamos, quienes queríamos escuchar: «gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden». Esa marcha, cada uno de sus pasos y las cálidas acogidas, relatadas por el compañero Charli, jubilado y militante de CNT Vitoria, que recibieron en cada localidad donde pernoctaron o tomaron agua de la fuente simbolizan un buen pulso frente al poder. Significan un cuestionamiento decisivo a las prácticas y decisiones de los defensores, explícitos o encubiertos, de los planes privados de pensiones, amiguetes del poder financiero que mantienen discursos populistas, se olvidan de la necesaria universalidad de los derechos fundamentales, y que creen que lo público les pertenece. El temor a un contagio a lo largo y ancho del país propicia que las fuerzas sindicales colaboradoras de la patronal y del gobierno central se posicionen rotundamente: no habrá ni paro ni huelga. Pero localmente, sindicatos como ELA y LAB apoyan la convocatoria de paro. CNT apoya las reivindicaciones de pensionistas y personas jubiladas y se compromete a dar cobertura al desarrollo de la huelga.

En la preparación previa al desarrollo de la jornada del 30E: mucho trabajo en los locales de CNT. Había que diseñar carteles, panfletos, pegatinas y pancartas. Había que colocarlos en lugares estratégicos; y, volver al lugar para verificar que permanecían. Había que pasear por las calles de los barrios con la megafonía a tope a bordo de las caravanas de coches. Y llegado el día: sucedió. Si un termómetro imaginario pudiera medir la buena salud del anarcosindicalismo marcaría altos niveles. Ese jueves quedó demostrado el amplio potencial.

CNT Gasteiz Vitoria se desmarcó del anonimato que mostraban otros carteles y el compañero Lolo diseñó un cartel con rostros claros: una joven llama a la huelga mientras un abuelete, bote de pintura en mano, escribe en rojo sobre la pared: ¡Reparto del trabajo y la riqueza! Creemos que su atenta lectura configura el alcance de este movimiento y de esta lucha, nacida hace dos años, que no ha hecho otra cosa que arrancar: solidaridad y apoyo mutuo son la única fórmula válida. ¡Por unas pensiones públicas dignas! ¡Por la derogación de todas las reformas laborales y de las pensiones! ¡Por la igualdad real, económica y social! ¡Por el reparto del trabajo y de la riqueza!

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