[L´Hospitalet] Nueva readmisión en WFS Barcelona

Empezó con los despidos durante las subrogaciones en julio de 2011, continuó con nuevos despidos en diciembre del mismo año y en febrero de 2012; todos fueron declarados nulos por el Magistrado de lo Social. Aún así, volvió a ocurrir en septiembre de 2013 y más recientemente en abril de 2014. Los últimos despidos siguen todavía pendientes de juicio pero incluso así,  la dirección de WFS Barcelona efectivamente ha alcanzado el premio a la empresa del año. Cargarse por séptima vez la Constitución Española (CE).

Estamos hablando de la reciente readmisión de nuestro compañero Antonio, afiliado a la sección sindical de la CNT en dicha empresa, que se ha incorporado nuevamente a su puesto de trabajo después de ocho meses de ausencia involuntaria. Trabajador con mucha experiencia a sus espaldas y con actividad sindical relevante. 

Igual que en casos anteriores, en esta empresa tiran cada vez más de su imaginación para justificar los despidos, aunque se llegue a rozar el ridículo. Y más aún, el día de juicio la misma empresa tiene que demostrar que los hechos causantes de despido existen, que son realmente muy graves y que los cometió el trabajador afectado; pues ni primero, ni segundo, ni  tercero. El despido fue declarado nulo por vulneración de derechos fundamentales (siendo 3 los artículos de la CE violados), con todo lo que ello ha supuesto: el pago de salarios de tramitación e indemnización de 3000 € por daños morales. 

El apoyo emocional, sindical y jurídico por parte de los y las compañeras de la sección sindical y del sindicato de la CNTa lo largo de todo el proceso ha sido trascendental. Que el lector y la lectora no olviden que un despido supone nada menos que privar a una persona y su familia de su sustento y estabilidad económica y emocional porque sí; con ello, volvemos a dirigirnos otra vez a los y las trabajadoras. La habitual impunidad con la que actúan los empresarios contra la plantilla y sobretodo su desacertada interpretación de lo que son las relaciones laborales, se basan  sobretodo en la permisividad social y en alta disponibilidad de los y las empleadas, para hacer todo lo que se les pida; también en este caso, por séptima vez les ha salido mal. Quien avisa no es traidor; y los antojos de despedir sin argumentos sólidos, ni válidos y con pruebas de «Mortadelo», suelen salir caros.

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