[Madrid] 1 de mayo 2017: 40 años de paz social, ¡Ni un día más!

1 de mayo: un día para recuperar la memoria de la clase obrera, la que el poder y los medios de comunicación nos inducen a olvidar. Nuestros recuerdos combinan lucha, dolor, éxitos, sufrimientos, muertes y logros ganados a pulso en una constante batalla contra la explotación. Cada 1 de Mayo recuperamos la rabia por las vidas y los derechos perdidos en el camino de obstáculos custodiado por mercenarios de la ley, pero cada día la clase obrera anarcosindicalista, responde con una sola voz: «Obrer@ si no luchas, nadie te escucha»

¿Qué supusieron los Pactos de la Moncloa? ¿Por qué después de 40 años están presentes cada 1 de Mayo? Lo explicamos brevemente a continuación, para quien los desconozca: abrieron la puerta a la compra-venta de las organizaciones obreras y sindicales y sentaron las bases para establecer los sólidos cimientos de la dictadura de la ley que hoy sufrimos, la ley que dictan los enemigos de la clase obrera.

En Noviembre de 1975 muere Franco (dictador que ocupó el poder por la fuerza durante cuarenta años), pero deja heredero en el poder: la monarquía. La respuesta es el estallido de la rabia social contenida durante tantos años, la clase obrera se organiza y cobran protagonismo huelgas, sabotajes, protestas feministas, trans y gays, preso/as reclamando amnistía, denuncia de crímenes y demás atrocidades del Franquismo y sus cómplices. La lucha obrera suponía una amenaza para el poder y los Pactos de la Moncloa se firman como el muro de contención. Los Sindicatos del poder dan la mano a patronal y gobierno y éstos a cambio les regalan la representatividad por ley, además de privilegios como las subvenciones, el derecho a liberados. A esta traición se le llamó Transición, o «Paz Social». La heroína (droga que se facilitó desde los cuerpos represivos y que causó la muerte de miles de jóvenes), condimentó los propósitos y la manipulación de la oligarquía y sumados acabaron con la rabia y la rebeldía que había impregnado las calles, las fábricas, las plazas…

Aquellos pactos firmados en 1977, entre partidos políticos y organizaciones sociales, acuerdan abrir la puerta a los contratos temporales y precarios (que llaman «flexibilidad laboral»), abaratan el despido y dividen a la clase obrera. En los 80′ CCOO y UGT se hinchan a firmar Expedientes de Regulación admitiendo, como reconversión de sectores industriales, el despido masivo de trabajadores, en pro de que otros pocos conserven el puesto.

En los 90′ los trabajadores mejor pagados o titulados, o con trabajo fijo, son llamados a apartarse de la lucha obrera, a considerarse «clase media», a reclamar el ridículo «derecho al trabajo» en cada huelga y aquella división tan ansiada por el poder queda patente en el tajo de cada día.

Ahora hemos alcanzado extremos de miseria que hasta la patronal, los banqueros y los gobiernos, creían olvidados. Ahora hay demasiados trabajadores por debajo del umbral de la pobreza, que fichan cada día la entrada y la salida, que agradecen salarios tan injustos como precarios, que gastan y maltratan sus manos, su fuerza, su mente, en tareas duras que ni siquiera son valoradas oralmente. La realidad hoy es mucho más cruel, sólo hay una forma de organizarnos para recuperar los innumerables derechos que hemos perdido en las últimas reformas laborales. ¿Cómo? Recuperar la conciencia de clase obrera, organizarnos en la lucha anarcosindicalista.

«Obrer@ si no luchas, nadie te escucha»

Anarcosindicalismo: Sin subvenciones, ni liberados
Organizaciones basadas en el apoyo mutuo y en la horizontalidad.
Unión: Si tocan a un@ nos tocan a tod@s.
Acción directa: No dejamos a intermediarios lo que debemos resolver con la acción.
Autogestión: No tenemos líderes ni los necesitamos.

Nos venden «el estado de derecho» como el imperio de los derechos pero su significado real es distinto: «si no acatas la ley, no tienes ningún derecho». Recuerda compañero; la ley que quieren que acates no la haces tú, ni siquiera te piden tu opinión. Quieren que votes, que confíes en los gestores competentes (esos que se vendieron y nos vendieron hace tiempo). La legalidad es injusta, las leyes amparan al empresario, no las escriben pensando en nuestra clase, la obrera. Nuestra pobreza, nuestro techo, son su negocio, la legalidad no resuelve nuestros problemas. Lo único efectivo, necesario y urgente es el apoyo mutuo y la solidaridad; es no permitir que acosen a tu compañer@, ni que despidan por protestar, es apoyar al trabajador precari@, no permitir discriminación ni abuso, si tocan a una nos tocan a todas…

Contra los Pactos de la Moncloa, ahora y siempre. 40 años de paz social, ¡Ni un día más!

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