Mercedes Terrats, «Metchi»

FUNÁMBULOS | DOSIER: La lucha de las mujeres | Extraído del cnt nº 431

25 de mayo de 1930: Naces en Vilosell, Lérida. Tu padre, transportista de la CNT. Tu madre, trabajadora. 1939: Cruzas a Francia como refugiada política, iniciando tu continua autoformación, profundizando ideas y convicciones. Llena de vitalidad, militas en las JJLL del Exilio. Tus fuertes principios se expresaban a través del teatro, organización de conferencias, salidas, debates, murales, publicación de periódicos… Tu preocupación por la igualdad te llevó al Esperanto, para escribirte con amigos japoneses, suecos y españoles.

En ese movimiento de autodidactas amantes de la libertad, conociste a José Herbera. Nunca os casasteis: «No grabemos nuestros nombres en el fondo de un pergamino». Para Pepe y Metchi, el amor se vive, pero no se rige.

Que no quede en la sombra el imprescindible papel de las compañeras que eran una unidad con su compañero activista. Compartiste ideales de libertad e igualdad. Sin ti, que gestionabas la casa; que recibías y distribuías periódicos libertarios españoles; que atendías suscripciones; que comprabas billetes de tren; que organizabas viajes para las concentraciones, como las del 19 de Julio, en Toulouse; que le dabas tus análisis de la sociedad y de las luchas… sin ti, tu compañero no habría llevado militancia tan destacada.

Si José se dedicó a transcribir, clasificar y digitalizar documentos y archivos históricos de la CNT (1939-2014), cuando murió, tú seguiste la acción, manteniendo vínculos entre CNTE y militantes exiliados.

Por tu aversión a todas las religiones, desde los 70, en la Association Philosophique de la Libre Pensée, cuestionabas prejuicios recibidos, denunciabas todo clericalismo. Partidaria del estudio racional de las religiones, defendías firmemente el laicismo. Reivindicando tu condición de atea, conseguiste –finalmente- en 2019, que la Archidiócesis de Tarragona aceptara tu baja.

No te rendías y, como miembro activo de SIA, ayudabas a compañeros españoles -que no dominaban la lengua francesa- en trámites y gestiones diarias. La ayuda mutua era vital para ti, para vosotros.

El 11 de marzo te has ido dignamente, discretamente, tras un infarto. En vez de flores, donaciones para refugiados de todo origen, en tu despedida.

Gracias por todo, esperamos ser dignas de compañeras como tú.

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