Parece
ser que estamos en crisis, una crisis de la que se habla constantemente
y que sigue sin respuestas. ¿Por qué no explican la crisis hasta sus
últimas consecuencias? Muy sencillo. No la explican porque eso
significaría que alguien tendría que asumir responsabilidades.
Sin
embargo, no han dudado en abaratar el despido, alargar el cómputo de las
pensiones (lo que según la OCDE reducira en un 9% de media el importe
de las mismas) y ahora van lanzando el globo sonda de una nueva reforma
laboral, para que seamos los trabajadores los que paguemos vía
desempleo, recortes e inflación galopante los desaguisados de la clase
política y capitalista. Y todo esto bajo la mirada impasible de la «paz
social», un silencio negociado y firmado por apagafuegos subvencionados
que se niegan a morder la mano que les dá de comer.
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