Una profesión muda y un lugar desde donde alzar la voz

SINDICAL | Ilustración de Secc. Artes Escénicas CNT | Extraído del cnt nº 431
Decía el histórico afiliado Fernando Fernán-Gómez, que la mayor parte de su trabajo como actor consistía en esperar. El trabajo de figurante, además de eso, consiste en estar en silencio, incluso mientras se actúa. Pero lejos de permanecer acallada, la figuración ha conseguido organizarse a través de CNT y es ahí donde no pierde ocasión para alzar su voz.

Durante décadas, en el cine primigenio, calificado por muchos como el más puro, los actores y actrices daban vida a los personajes y contaban sus historias sin hacer uso de una de las herramientas fundamentales de la actuación: la voz. De hecho, esa característica es la que ha acabado denominando a esa época del séptimo arte: el cine mudo. Chaplin, Jean Harlow, Buster Keaton, Pola Negri, Harold Lloid, Gloria Swanson, Rodolfo Valentino… nadie se atrevería a menospreciarles solo por no usar su voz, igual que no lo dirían de un mimo como Marcel Marceau sobre un escenario. La figuración son ahora esos actores y actrices silenciosos alrededor de los principales, un silencio que han hecho extensible a sus condiciones de trabajo durante décadas.

Al poco de formarse la Sección de Artes Escénicas de CNT, y gracias a la lucha mantenida para que un convenio regulase nuestra actividad, se logró su firma, pero no conseguimos participar en ella: el resultado es que realmente nuestra actividad no ha quedado regulada porque muchas cosas han quedado fuera, con el perjuicio que eso supone para ambas partes. Todo lo que no queda definido en él es susceptible de ser fuente de conflicto, pero la patronal parece no querer darse cuenta o cree muy conveniente tener ese agujero por donde rapiñar algún beneficio —porque no han contado con que algunas personas vamos a reclamar—; y a los sindicatos generalistas, que no conocen los entresijos de la profesión, les da lo mismo y prefieren no contar con los trabajadores para saber qué ha de incluir el convenio.

Ahora tenemos un salario concertado, pero se ha quedado congelado en las tarifas de 2018 porque la renovación del convenio está paralizada. En una farragosa redacción quedan vagamente definidas las horas extras, y no se mencionan algunos trabajos, como hacer de dobles de los actores y actrices o demostrar ciertas habilidades, que quedan pagados a merced de la voluntad de las agencias y productoras, por no hablar de las cancelaciones de trabajos o de las veces que tenemos que reclamar trabajos puramente actorales por no usar la voz —o a veces incluso hablando— que gracias a la indefinición del convenio de figuración las productoras constantemente pretenden ahorrarse. Asimismo, ahí podríamos evitar que un/-a niño/-a pueda estar trabajando 8 horas desde las 6 de la mañana.

Las mujeres juegan también con desventaja dentro de esta precariedad. Una profesión en la que la imagen, el cuerpo, es el principal instrumento con el que contamos, siempre va a colocar a la mujer en una posición más vulnerable. No son pocos los casos en que se han intentado pagar desnudos o semidesnudos como una figuración normal, y aún más, en varios casos han venido compañeras afectadas emocionalmente porque en un rodaje —por las famosas exigencias del guión— se las ha convocado para salir en ropa interior y han acabado viéndose incitadas a realizar acciones más comprometidas que excedían con mucho lo que de ellas se requería inicialmente, indefensas ante la falta de apoyo posterior de agencias, productoras e incluso otras compañeras y compañeros. Nuestro apoyo nunca cesará ante situaciones como estas.

La última reforma laboral ha venido con más incertidumbre que mejoras a la espera de un largamente prometido Estatuto del/a Artista, Creador/a y Trabajador/a de la Cultura que debería regular las condiciones de estas profesiones, sobre todo intermitentes, de un sector históricamente olvidado.

Ha habido reuniones con las llamadas asociaciones profesionales, algunas de las cuales han devenido en sindicatos precisamente para no perder ripio. No tendría nada de malo, si no fuera porque entre esos trabajadores hay empresarios, y en este caso es algo muy claro porque se trata de algunos rostros conocidos, que enseguida alcanzan los puestos más destacados en esas organizaciones. Actores que producen series y películas, técnicos que copan con el mercado… en definitiva, gente cuyos intereses están más cerca de sacar beneficios para ellos que para los trabajadores y las trabajadoras de a pie.

Protesta de CNT en la 36 edición de los Premios Goya, celebrada en el Palacio de las Artes de Valencia el pasado 13 de febrero de 2022 / Secc. Artes Escénicas CNT

La verdadera representación de los trabajadores y las trabajadoras está en los sindicatos, pero los dos sindicatos mediáticos (a menudo no por sus logros), si no cuentan con profesionales del ramo, difícilmente pueden ser interlocutores válidos. A través de un sindicato de clase del que surja de una verdadera organización de los y las profesionales, sin que nadie que no sea un trabajador o trabajadora de base pueda hablar por nosotras, es la única manera de que nuestros problemas puedan ser recogidos y atendidos en las negociaciones colectivas.

Ese foro abierto para la figuración ha sido CNT, puesto que, tras intentar buscar diferentes formas de organizarse, pudo conformar una sección de Artes Escénicas y Cinematográficas desde donde hacer valer sus derechos por sí misma mediante la acción directa. Allí donde ha habido vulneraciones de nuestras más elementales condiciones, la militancia de la sección ha estado presente ayudando a miles de trabajadores y trabajadoras.

Nuestro principal objetivo desde el principio ha sido la consecución de la firma del nuevo convenio. Es la parte social quien ha de demostrar que está del lado de los y las profesionales, sin impedir estar en esa mesa de negociación a quienes tienen la mayor implantación y poder de movilización, de modo que no vuelva a ocurrir que no se cuente con las trabajadoras para negociar sus condiciones del trabajo —lo mismo que parece estar pasando con el Estatuto—. Para ello, la visibilización de nuestra profesión y sus problemáticas nos (pre)ocupa mucho y tratamos de estar presentes en las galas del sector: ya son varias ediciones a las que hemos acudido, tanto de los Goya, como de los premios de la Unión de Actores para pedirles su apoyo expreso.

La sección, además, se mantiene continuamente pendiente de cualquier novedad que pueda afectar a los y las profesionales de las Artes Escénicas. Así, luchamos por la consecución de una ayuda para artistas y personal técnico de la cultura e informamos de ella para que miles de figurantes pudieran aguantar en estos tiempos tan duros. Este es un ejemplo de cómo la mejor vía para conocer este y otros aspectos de nuestra profesión son las formaciones, que incluso durante la pandemia, en la medida de lo posible, llevamos a cabo entre la militancia y de forma abierta para toda la figuración. La convicción de que este trabajo ha de profesionalizarse, nos ha llevado a potenciar este aspecto de la labor sindical.

Los malos hábitos adquiridos por los veteranos y la inexperiencia de las personas que, por necesidad o curiosidad se acercan por primera vez a un rodaje, demuestra que no todos saben esperar, ni mucho menos todos están en silencio mientras se graba. E igual que a la figuración de CNT se la (re)conoce por cómo luchamos por nuestros derechos como parte del equipo, queremos que se nos identifique por saber qué hacer para facilitar la labor de los compañeros de rodaje, por un comportamiento serio y formal que fácilmente puede nacer del interés por el funcionamiento del medio audiovisual. Nuestra tarea también es potenciarlo, y demostrar que nadie nos tiene que mandar callar, que sabemos estar en nuestro sitio. Pero que nadie olvide que las formaciones también han educado nuestra voz para levantarla de forma potente y sonora y reivindicarnos. Y que esas voces solo permanecerán calladas en los sets de rodaje mientras se nos escuche en las mesas de negociación para que se hable de nuestros derechos como algo más que una cuestión burocrática. ¡SIN FIGURACIÓN, NO HAY PRODUCCIÓN!

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