EDITORIAL: El derecho al bienestar

EDITORIAL | Ilustración: Derechos Laborales de Ana Nan | Extraído del cnt nº 427.

La defensa, extensión y consolidación de los derechos laborales pasa necesariamente por la existencia de amplias, interrelacionadas y fuertes organizaciones sindicales autoorganizadas por las personas trabajadoras de los diversos sectores de producción de bienes y servicios. Solo la autoorganización, es decir, la mancomunidad solidaria de las personas trabajadoras, participando directamente en la gestión de sus sindicatos y de sus intereses, puede hacer doblegar la voracidad capitalista del las patronales empresariales y de las élites estatales. La CNT se quiere y se propone como una herramienta para avanzar en ese modo de hacer un sindicalismo desde abajo, formado por las personas de abajo, y para el bienestar integral de todas y todos que están abajo, inmensas mayorías, en la atroz estratificación de la sociedad contemporánea.

Los derechos laborales son mucho más que derechos concretos que posibilitan condiciones de trabajo dignas (salarios suficientes e iguales, conciliación, salud y seguridad, horarios para vivir,…), son ante todo base y premisa para la consecución universal de un derecho que va más allá y atraviesa el ámbito del trabajo: el derecho al bienestar social e individual para todas y todos. Este derecho, al bienestar, es el derecho a la satisfacción material e inmaterial de las necesidades que la sociedad considere básicas para el más amplio desarrollo de las aptitudes, habilidades, capacidades y creatividades de todos y cada uno de sus miembros. La CNT se quiere y se postula, pues, como una herramienta para la defensa y ampliación de los derechos laborales, orientados siempre al bienestar general de la sociedad en su conjunto.

Pero la consecución práctica del derecho universal al bienestar es radicalmente incompatible con las estructuras sociales impuestas y domeñadas por el capitalismo existente: ni los estados nacionales ni sus gobernanzas internacionales, representativas solo de los intereses financieros y corporativos transnacionales, están ni capacitadas ni interesadas en extender justamente y en igualdad de condiciones el bienestar general, ni de las poblaciones humanas ni de la biodiversidad natural del planeta. Su lógica no se lo permite: su razón de ser es elevar lo máximo posible los márgenes de beneficio de quienes detentan títulos y propiedades, a expensa de la riqueza producida durante miles de años por el medio natural y por centenares de generaciones humanas explotadas y expoliadas. La CNT se quiere y se plantea, en relación fraternal con otras muchas organizaciones hermanas, como herramienta que permita dar un vuelco a esta estructura social caótica, desmesurada y dramáticamente injusta.

El derecho al bienestar está íntimamente unido a la inalienable aspiración humana a la libertad. No se trata de la falsa libertad de los mercados para imponer sus flexibilidades y precariedades a quienes generan su riqueza. Ni se trata tampoco de la libertad alienada de tener y consumir bienes y servicios inducidos para prodigar ganancias a sus promotores. Tampoco es la libertad patriarcal de mantener subyugada a la población femenina, en sus roles reproductivos y de cuidados. Ni, finalmente, es la libertad extractivista de las vetas minerales y de los ecosistemas del planeta. De lo que sí se trata es de la doble libertad que solo conseguirá la humanidad con lucha, empeño y astucia: la libertad económica, que elimina las dependencia materiales y la esclavitud del trabajo; y la libertad política, que elimina toda forma de autoridad y de gobierno. La CNT se quiere y se formula como una herramienta, entre otras similares, capaz de crear las condiciones idóneas para la consecución de una sociedad emancipada de la tutela del capital y del estado.

La lucha tenaz y continua por los derechos laborales conduce a mayores cotas de bienestar para todas y, el bienestar, solo será justo y universal cuando la libertad sea una realidad para cada ser humano. Esta es la lucha que para la CNT, y sus gentes, vale la pena promover, activar, pensar y extender.

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