El «Eurosueldo» de sus señorías

La obscenidad de pretender ser garantes de la democracia, al tiempo que se llenan los bolsillos con los impuestos de todos y todas.

Entre 736 y 754 (si Irlanda ratifica el Tratado de Lisboa) personas ocuparán puesto de europarlamentario tras las elecciones del 7 de junio. De ellas 50-54 salen de las listas cerradas que los distintos partidos presentaron en el ámbito del Estado español, y que se han repartido según la famosa Ley d´Hont en base a los votos emitidos por menos del 50% del electorado.

No hace muchos años, el Parlamento europeo aprobaba una Directiva conocida como Directiva Bolkestein, la cual hubo de ser rectificada porque permitía el que se aplicaran condiciones laborales y salariales de un país en otro distinto, y que llevaría a la más que probable creación de un mercado de mano de obra barata, sin protección social y con escasos derechos laborales que competiría directamente con otros trabajadores que disfrutaban de unas condiciones más dignas. Algo se debió encender en la mente de los políticos, pues al poco tiempo decidieron que, ya que todos eran europeos, todos tenían que tener el mismo sueldo. Así, dicho y hecho, decidieron la creación del “€urosueldo” pero, desgraciadamente, sólo para sus señorías.

Este “€urosueldo”, definido en el Estatuto del Diputado, no tiene relación alguna con el IPC de sus respectivos países, con el salario medio, ni con las demás referencias que se suelen tomar cuando de lo que se trata es de calcular la subida o congelación del sueldo de los trabajadores y trabajadoras. ¿Para qué pararse en menudencias? De sus deliberaciones salió que cada uno de estos eurodiputados ha de cobrar al mes como mínimo 7412 euros brutos (unos 5600 € netos). Y es como mínimo, porque a ello hay que añadir gastos de desplazamiento, viajes pagados en clase business y otras “prebendas”. Y también es como mínimo porque todos aquellos que cobraban más de esa cantidad, por ejemplo los italianos (qué pena Italia), pueden mantener su sueldo anterior, que en este caso es de 12 mil euros mensuales.

No se queda así la cosa, sino que además “tendrán derecho a la asistencia de colaboradores personales libremente designados por ellos”. ¿Alguien duda que ésto fomentará el clientelismo, el amiguismo y el tráfico de influencias? Y menos mal que no se atrevieron a aprobar la jornada de 65 horas semanales ¿cómo iban a hacer los pobres para cumplir con ella si sólo trabajan de lunes a jueves?

Pues nada, sólo queda felicitar a los votantes. Han contribuido a hacer felices a 50 ó 54 familias, ayudándolas a encontrar un puestecito con el que lograrán pasar esta crisis que tiene sólo en España a 4 millones de personas en el paro, a muchas de las cuales ya les gustaría cobrar al menos lo que sus señorías se llevan por 3 días de ¿trabajo?

Secretario de Acción Sindical y Social · CNT de Canarias

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