Una Caja para resistir. Y resistir para vencer

SINDICAL | Ilustración de LaRataGris | Extraído del cnt nº 436

El pasado diciembre, la CNT aprobó en su Congreso por primera vez la creación de una caja de resistencia permanente. Con los pies en el principio de solidaridad, la mayoría de la Organización ha decidido crear una nueva herramienta con la que reforzar las estrategias de implantación y representatividad. Durante muchos años se han creado fondos (y se siguen creando) en casos de conflicto con empresas grandes y pequeñas, en casos de represión o de situaciones catastróficas con personas damnificadas. Con esta decisión no se ha tratado de sustituir estas acciones de recogida de fondos, sino posibilitar huelgas en determinadas situaciones que puedan hacer avanzar al Sindicato consiguiendo corregir desigualdades, ilegalidades o incluso mejoras en las empresas donde hayamos logrado meter la cabeza.

Un poco de historia

La idea de crear cajas de resistencia se enmarca en una tradición de solidaridad histórica. Ya desde finales del siglo XVIII con la creación de las primeras sociedades obreras se pusieron en marcha en Inglaterra las primeras «cajas de resistencia» enfocadas a múltiples contingencias. No sólo se utilizaban para sostener a los trabajadores en huelga en una situación de precariedad que ni imaginamos hoy en día, sino que también se hacían cargo de aquellas prestaciones que hoy bajo mínimos cubre el Estado. El desempleo, la baja por enfermedad y otras contingencias de este tipo eran combatidas por las sociedades de socorro y apoyo mutuo evitando que cualquier golpe de mala suerte, o cualquier represión por protestar o parar la producción deviniese en la más absoluta pobreza al carecer de ningún ingreso. Hasta hace bien poco se trabajaba hasta la muerte o hasta que la persona era incapaz de hacerlo debilitada por la edad, por lo que la jubilación también era soportada por estos fondos o cajas. Abrazando esa columna que es la solidaridad en las organizaciones obreras se pusieron en marcha mecanismos de este tipo.

Un paso más en este tipo de prácticas vendría a crear fondos exclusivamente dedicados a doblar el pulso a la patronal aguantando sin trabajar, y por tanto sin producir, ni transportar, ni servir. Desde el principio se pudo observar también esa misma práctica solidaria entre el empresariado, con sus propias sociedades, sus propios fondos de combate contra las huelgas, la contratación de matones y pistoleros o simplemente de esquiroles que vinieran a deshacer sus efectos. Desde los famosos Pinkertons al pistolerismo barcelonés, ha sido algo internacional la utilización del dinero para dotarse de todos los medios legales e ilegales, solo despreciables o profundamente criminales, que han estado a disposición de la patronal, o generosamente desplegados por ella, en el tablero de juego de la lucha por la vida.

Sin entrar en la mayor estructuración y aglutinamiento que se fue dando de las primigenias sociedades obreras como un posible motivo, éstas siempre discutieron sobre la posibilidad de crear fondos económicos estables para soportar las huelgas y las represalias derivadas de la lucha por condiciones de trabajo dignas, aunque no es sino muy recientemente que algunos sindicatos las asientan como herramienta permanente con la que enfocar el avance del sindicalismo.

Al ligarlo a la estrategia y dotarlo de condiciones de utilización muy concretas y controladas, se pretende unir necesariamente la idea de utilización de este recurso a la de la participación en la construcción del conflicto y su resolución, en el que el dinero solo es una ayuda más, ni siquiera es lo principal.

Posturas diversas y temores varios

Y, ¿cuál han sido las posiciones en torno a las cajas de resistencia? Siempre que se ha planteado la construcción de un caja de resistencia permanente, para las huelgas que el sindicato desarrollase, ha habido entusiastas y detractores. De hecho, hasta este último Congreso no se había aprobado su implantación, aunque no era la primera vez que se proponía.

Algunas veces se ha temido cierta dependencia económica de estos fondos para llevar adelante los conflictos en detrimento de la preocupación por generar una militancia consciente que abordase el enfrentamiento con la patronal con la determinación de las ideas.

Otra preocupación ha sido la capacidad de sostenerla a largo plazo, y si un pico de huelgas en un momento determinado sin un crecimiento de la afiliación adecuado podría descapitalizar el fondo teniendo que priorizar conflictos y pudiendo generar desconfianzas en el seno de la Organización.

Las tensiones internas también podrían darse en función de la gestión que se haga del dinero y en cómo se explica su utilización de forma transparente al conjunto del sindicato con informes adecuados. En ocasiones el Estado ha intentado crear problemas a los sindicatos que lo han puesto en marcha a través de las obligaciones fiscales que teóricamente tiene aparejada cualquier retribución.

También se ha temido la utilización de estas cajas de resistencia por cuanto pudieran generar una imagen negativa externa de la huelga como elemento frívolo o en el que no se deposita esfuerzo alguno por parte del trabajador al no ver mermado su salario.

La CNT no ha visto la situación de esta forma y ha tenido en cuenta que la utilización de esta caja de resistencia tiene que estar muy alejada de la visión de un servicio o simplemente una ventaja que alguien tiene al afiliarse. Muy al contrario, al ligarlo a la estrategia y dotarlo de condiciones de utilización muy concretas y controladas, se pretende obligar a la militancia a unir necesariamente la idea de utilización de este recurso a la de la participación en la construcción del conflicto y su resolución, en el que el dinero solo es una ayuda más, ni siquiera es lo principal.

Otras consideraciones son las que han llevado la opinión mayoritaria hacia una posición favorable a la creación de una caja de resistencia permanente. Es evidente que el respaldo económico para mantener a los huelguistas firmes en sus demandas ha sido uno de los motivos principales. Sobre todo en muchos casos en los que salarios de miseria permiten a duras penas llegar a fin de mes.

Tampoco es desdeñable la idea de solidaridad y unidad que se transmite al saber que toda la organización está contribuyendo mensualmente a llenar esta caja con sus cuotas para que un conflicto, donde por fuerza sus afectados lo perciben como algo personal, se lleve a buen puerto.

En ocasiones se ha tenido que hacer frente a contingencias sobrevenidas por la represión en forma de multas, fianzas o asistencia jurídica especializada y las cajas de resistencia pueden ser un recurso si la ayuda solidaria puntual no llega a tiempo, aunque se puedan movilizar llegado el caso otros fondos de jurídica o patrimonio en segunda línea.

Condiciones

Pero ¿en qué se ha concretado todo esto? El acuerdo que pone en marcha este recurso, aprobado en el Congreso de diciembre de 2022 en Canovelles, se concreta en los siguientes puntos:

  •  Se trata de una herramienta para ayudar a paliar los efectos económicos de una huelga en la maltrecha economía de los trabajadores y trabajadoras.
  •  Tiene ámbito Confederal (cubre a toda la CNT) y es administrada por su Secretariado Permanente.
  •  Salvo una aportación inicial, se financia con una parte de la cuota mensual de toda la afiliación y aportaciones extraordinarias de Sindicatos, personas o decisiones de un Pleno.
  •  Se podrá utilizar en todas aquellas huelgas indefinidas, ya sean parciales o totales, siempre y cuando no sean huelgas generales.
  •  Puede usarse en huelgas convocadas en solitario por la CNT o junto a otros Sindicatos.
  •  Para solicitar el uso de la Caja de Resistencia Confederal las Secciones Sindicales deberán tener al menos un 20% de implantación en el ámbito del conflicto antes de haberse iniciado.
  •  La ayuda económica de esta herramienta se empezará a recibir a partir del 5º día de huelga.
  •  Se exigirá, como es lógico, estar al corriente de pago en la cuota del Sindicato y a partir de un año de afiliación se recibirá el 100% del SMI.
  •  La percepción no podrá superar el salario ordinario de la persona en huelga.
  •  Una incapacidad temporal impide recibir ayuda de esta herramienta mientras esté en vigor.
  •  Finalizada la huelga, quienes se hayan beneficiado de este recurso deberán mantener su afiliación a CNT al menos durante un año, teniendo que devolver la cantidad recibida en caso contrario.
  •  Se deberá informar públicamente de la existencia de este mecanismo, algo que venimos a tratar de cumplir con este artículo.
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