Accidente laboral, terrorismo patronal

Un año más, analizamos con preocupación los datos de siniestralidad laboral. En el Estado español 826 trabajadores y trabajadoras perdieron la vida en 2022, 121 más que en 2021. Mientras, en Navarra se igualó la terrible cifra de 14 trabajadores muertos del 2021 y aumentaron un 9,31% los accidentes laborales contabilizados.

Los sectores más precarizados, con contratos de trabajo temporales, subcontratación, falsos autónomos, ritmos de trabajo estresantes, mobbing, etc., son los que tienen mayor tasa de siniestralidad y accidentabilidad. Por lo tanto, es absolutamente falso el mito de la inevitabilidad de estos accidentes. La clase trabajadora se enfrenta durante la jornada laboral a situaciones de violencia directa e indirecta, cuyos responsables son los empresarios.

La grave crisis que atraviesa el capitalismo se materializa en el plano económico en una gran pérdida de nivel adquisitivo para la clase trabajadora, traducida en la subida de los precios de los suministros básicos y de los alquileres de vivienda, la degradación de los servicios públicos, etc. Esta situación obliga a sectores cada vez más amplios de la clase trabajadora a aceptar la precariedad en los contratos y en las condiciones laborales, aumentando así las probabilidades de un incremento en el número de accidentes laborales.

La legislación laboral, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el Estatuto de los Trabajadores y los mecanismos de los que dispone el Estado para garantizar su cumplimiento, han demostrado ser absolutamente insuficientes frente a la lógica capitalista de acumulación de beneficio a toda costa.

Del mismo modo, el modelo sindical de representación unitaria, basado en elecciones sindicales y comités de empresa, lleva tiempo mostrándose impotente ante el constante deterioro de nuestras condiciones de trabajo. Desde CNT señalamos la necesidad de la clase trabajadora de autoorganizarse para poner freno a las condiciones de explotación y violencia que provocan accidentes y muertes cada año. Para ello, apostamos por crear secciones sindicales con un funcionamiento democrático, que extiendan las prácticas de apoyo mutuo, acción directa y unidad de clase entre las plantillas.

¡Frente a la violencia de la patronal, autoorganización!

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