El anarquismo se conserva en Yuncler

CULTURA | Madrid / Toledo | Reportaje gráfico: L.L.R. | Extraído del cnt nº 425

El periódico de CNT visita el Archivo Histórico de la Fundación Anselmo Lorenzo (FAL), un esfuerzo de documentación y de memoria libertaria que trasciende más allá de la actividad del sindicato. Situado en Yuncler, un pequeño pueblo de Toledo a poco más de 40 kilómetros de Madrid y con más de 3000 habitantes. Un lugar al que en 2015 el archivo aterriza debido a las necesidades específicas de conservación de gran parte del material y a la falta de espacio en Madrid, donde todavía se hallan una parte de los materiales guardados por la FAL. «El centro documental se reparte entre las dos sedes. En Madrid, está la sede de nuestra biblioteca especializada y, en Yuncler, el resto de fondos documentales: hemeroteca, fondo audiovisual, cartelería, las distintas secciones de archivo, etcétera». Quien ayuda a entender la importancia de este espacio es Juan Cruz, uno de los archiveros del equipo que la FAL tiene para conservar estos fondos, para encargarse de la actividad editorial, de librería y de difusión, tan importante.

«La difusión de nuestra actividad en prensa y algunos medios audiovisuales también ha favorecido que la gente nos conozca más», comenta Cruz, que indica que cada vez hay más gente de Yuncler y de la provincia de Toledo que han pasado por la sede del archivo, sobre todo en visitas guiadas. Y esto no ha hecho nada más que empezar ya que en los cinco años de vida del espacio todavía queda mucho por hacer. No paran de llegar legados y faltan manos para catalogar en profundidad. «Todo está archivado, pero no hay más de un 25% del acervo documental de la FAL con un nivel de descripción aceptable para las finalidades de un centro documental como el nuestro».
Cajas y cajas que siguen esperando que un archivero descubra sus secretos, la vincule con otras muchas o a que un investigador se fije en ella para tirar del hilo de la historia. Y es que hasta Yuncler llegaron el pasado año 347 consultas de archivo, un archivo que no para de subir debido a la mayor visibilidad de la Fundación, al trabajo continuado de divulgación que hacen desde allí y a las ganas de saber y conocer de la sociedad. «Algunas consultas se resuelven con un correo electrónico, pero otras se cierran con un acompañamiento permanente del investigador y muchas citas de consulta presenciales. Los peticionarios son de muy distinto perfil, desde investigadores vinculados a la universidad a familiares de antiguos afiliados. También periodistas, documentalistas y militantes del movimiento libertario interesados en distintos temas». Figuras que coinciden, en muchos casos, con los donantes de este material: sindicatos de la CNT, colectivos libertarios, investigadores afines, socios de la FAL y antiguos militantes.

Hasta Yuncler llegaron el pasado año 347 consultas de archivo, un archivo que no para de subir debido a la mayor visibilidad de la Fundación, al trabajo continuado de divulgación que hacen desde allí y a las ganas de saber y conocer de la sociedad.

Expolio y memoria

Un trabajo de hormiguitas que no ha sido fácil de levantar. El franquismo pasó como una apisonadora por los restos del movimiento libertario y sus huellas, algo que no fue aliado del todo una vez que el dictador murió. «Son muchas las penalidades que ha tenido que pasar el movimiento libertario desde la pérdida de la Guerra Civil. El expolio y destrucción de nuestro patrimonio documental ha sido una de esas consecuencias», asiente Cruz. La batalla por recuperar lo que al movimiento libertario le pertenece llegaron con la Transición, cuando en ‘democracia’ se podía recurrir a batallar por el patrimonio histórico. «Muchos compañeros pelearon para que nuestros fondos depositados en el Instituto Internacional de Historia Social de Amsterdam siguieran siendo propiedad de la CNT y pudieran ser consultados en España a través de una copia microfilmada que es la que conservamos en la FAL». Sin duda, una gran batalla que vio cómo se multiplicaban los frentes. En concreto, el archivero recuerda la entrega a la Fal de los fondos de la CNT depositados en la Fundación Pablo Iglesias. «Llegaron después de que Narcís Serra, siendo Ministro de Defensa del PSOE, decidiera devolver a esta fundación buena parte de la documentación de las organizaciones obreras robada por el franquismo y archivada en el Archivo Militar de Ávila».

Una vez que esos archivos se depositan llega, no solo el reto de tener personal para documentarlos y archivarlos, si no su conservación e incluso reparación si fuera necesario. «Tenemos que interiorizar que la documentación generada por el pueblo, por los trabajadores y trabajadoras, tiene que perdurar durante siglos para poder testimoniar sus luchas, sus realizaciones, sus aciertos y errores», reflexiona Cruz. Se necesitan muchos materiales, condiciones muy concretas y expertos para una correcta conservación. «Por un lado intentamos mejorar los soportes de conservación de la documentación cuando se puede. Es algo que hemos hecho, por ejemplo, con parte de nuestros fondos fotográficos. Por otro lado, aprovechamos las consultas de investigación para digitalizar los documentos en mal estado que nos solicitan para consulta, de este modo se evita su manipulación posterior y se favorece su conservación».

«La documentación que conservamos da cuenta de una historia incómoda para el poder, la que nos cuenta que es posible organizarse al margen del Estado y el Capital. Verifica que es posible una sociedad de personas libres y auto emancipadas».

Dentro de estos fondos, los más frágiles pueden llegar a ser los más importantes, como las publicaciones periódicas o la correspondencia. «La prensa era fundamental en todo el movimiento obrero, también en el movimiento libertario. Servía como medio de propaganda, pero también como espacio para vehiculizar debates, formar a los lectores, polemizar con otros movimientos, cohesionar a la organización, etcétera», comentan desde la FAL. Lo mismo ocurría con la cartelería y los demás elementos gráficos. Iconos de la lucha obrera que han llegado a nuestros días gracias a su conservación.

También está la correspondencia, tan importante para los investigadores. «Las series de correspondencia siempre son útiles para las investigaciones biográficas, pero también para “encarnar” la historia con mayúsculas y los grandes proceso. Esa humanización y subjetivización de los procesos históricos siempre resulta interesante para poner en cuestión ciertos relatos monolíticos. La correspondencia aporta un valor de contraste que, en muchos casos, ayuda a complejizar o relativizar el relato histórico. Y eso sin contar con que, en algunas ocasiones, la documentación generada en el ámbito de lo privado nos permite impugnar la prevalencia de ciertos valores hegemónicos en la esfera pública. Por eso es importante, también, para la historia de las mentalidades».

Redes internacionales, apoyo mutuo por la memoria

Todo este titánico esfuerzo sería mayor si la FAL no contara con apoyos de otros centros libertarios o archivos históricos. Es el caso de la Federación Internacional de Centros de Estudios Libertarios (la FICEDL, en sus siglas en inglés) o la IALHI (una red internacional de centros documentales para la historia del movimiento obrero, a la que pertenece, por ejemplo, el IISH de Amsterdam). «También colaboramos con otros archivos, tanto públicos como privados, para sacar adelante iniciativas de divulgación y resolver consultas de investigación. Por otro lado, nos relacionamos de manera habitual con las asociaciones de memoria, ya que nos suelen derivar consultas de familiares de antiguos afiliados a CNT o nos piden asesoramiento específico relacionado con temas de historia libertaria».

¿Cuál sería el objetivo del Archivo Histórico de Yuncler?: «Custodiar, estudiar y divulgar el patrimonio documental del movimiento libertario y de buena parte del movimiento obrero, especialmente lo emprendido por los hombres y mujeres vinculados al anarquismo y el anarcosindicalismo». Explica Juan Cruz: «La documentación que conservamos da cuenta de una historia incómoda para el poder, la que nos cuenta que es posible organizarse al margen del Estado y el Capital. Verifica que es posible una sociedad de personas libres y auto emancipadas», y recuerda que «mantener ese legado vivo es una responsabilidad colectiva, que nos incumbe a todos y todas las militantes».

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