Si crees que eres libre, yo soy un dragón de tres cabezas

Alguno pensará: “este está loco, claro que somos libres”. Quién sabe. Puede que no me funcione bien la cabeza, de otra forma, no vería con ojos raros el que salgan miles de personas a la calle a protestar porque un equipo de fútbol baja de categoría, en lugar de hacerlo por otras cosas, como los más de cuatro millones, cinco, he llegado a leer por ahí, de personas sin trabajo; y algo más de un millón de personas que ya se quedaron sin la prestación por desempleo.

Lo que si tengo claro es que somos libres para creer que somos libres. Poco más. A medida que pasa el tiempo; y llevo en este mundo un rato, me he visto a hacer todo lo que esta sociedad me impone. Empezando por la obligación de obtener cosas. Es imperativo en esta sociedad en la que vivimos el poseer. Si no posees, eres raro. Solo hay que darse una vuelta por la calle para verte invadido de anuncios que te obligan a comprar el producto que anuncian. Es así. No te sugieren. Te imponen. Su objetivo es que sin ese objeto o servicio, tu vida es peor.

Nos hablan de que en esta democracia, nosotros decidimos. Alguien que crea en este sistema, debiera darse cuenta que cuando va a votar, no es libre de votar a quien quiera, si no, a quien le imponen. Digo yo, ¿dónde está la libre elección de estas personas? A un compañero del Sindicato le oí decir una vez algo parecido a esto: “Que mas me da de quién sea la bota que me pisa, si sigue siendo una bota”. En realidad, esta democracia consiste en eso, en decidir qué bota quieres que te pise. Personalmente creo, esto no es una democracia.

El sistema en el que vivimos nos esclaviza. Podemos llamarlo empleo, pero al final, la sensación que tengo, es que nos alquilamos. Yo alquilo mi intelecto ocho horas al día. Tengo amigos que lo que alquilan es su cuerpo. Esa es la verdadera realidad de nuestro mundo. Eso si, tengo libertad de alquilarme al mejor postor. La única sensación de libertad que podemos tener en este aspecto, es la de decidir quién queremos que nos explote, y en la mayoría de los casos, ni eso.

“Libre, libre, quiero ser, quiero ser, quiero se libre”. Cuanta sabiduría los Chichos. Aquí, nadie es libre. No eres libre ni de ver lo que quieras en la televisión. Porque por mil canales que tengas, siempre verás lo que los mismos impongan.

El ejemplo más claro que existe de que estamos totalmente esclavizados, es la existencia de las hipotecas. Con unas condenas que sobrepasan el delito más grave que nos puedan imponer, nos tienen asfixiados durante toda nuestra vida. Y no nos libramos nadie. La Constitución Española, en su artículo 47, dice “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.”. Lo que se les olvidó escribir, es que el banco iba a ser nuestro dueño durante todo el tiempo que tardaremos en pagarla. Y que si no la pagas, el banco será dueño de tu vida por los siglos de los siglos. Amén.

Si formas parte de una secta religiosa, olvídate de tu libertad. Las religiones y el pensar por ti mismo, no son compatibles. Todas se rigen por su libro sagrado donde ya está todo dicho. Si no vives y piensas según el libro sagrado, algo malo te ocurrirá, dicen. Así que, libertad, lo que se dice libertad, no predican las religiones. Más bien esclavitud y miedo.

Esto es lo que pasó por mi cabeza mientras desayunaba esta mañana. Porque lo que me apetecía era quedarme en la cama durmiendo un poco más. Pero no puedo. La persona a la que me alquilo exige mi puntualidad para que pueda explotarme el máximo de tiempo posible. Y con los cuatro duros por los que me vendo, poder pagar puntualmente mi cuota de esclavo al banco, para pagar la vivienda digna que tengo gracias a esta democracia, tal y como reza su Constitución.

Salud.

 

Podemos

 

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